
El respeto no se negocia y la violencia nunca es una muestra de amor.
Los gritos, las amenazas y los golpes no son normales ni justificables: son delito y deben detenerse. Acompañar, denunciar y no guardar silencio puede salvar vidas. Todas las mujeres merecen vivir sin miedo, con dignidad y con respeto. Porque ella merece cuidado, apoyo y amor… nunca golpes. No te calles. Rompamos el silencio.
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