Ni una más.

La violencia contra la mujer no se justifica, nunca.
No siempre deja marcas visibles, pero siempre deja cicatrices que duelen en silencio.

Los gritos, el control, las amenazas o los golpes no son amor, son violencia.
Y ninguna mujer merece vivir con miedo, culpa o silencio.

Informarse, hablar y denunciar también es cuidarse.
Si estás pasando por una situación de violencia, recuerda que no estás sola: hay redes de apoyo, instituciones y personas dispuestas a acompañarte.

Porque cuando tocan a una, respondemos todas.
💜 Infórmate, decide con responsabilidad y busca ayuda.

Leave a reply