
Tu cuerpo siempre te avisa… la pregunta es: ¿lo estás escuchando?
Las enfermedades laborales no siempre se ven. Pueden ser físicas —dolores musculares, fatiga, lesiones— o mentales, como el estrés o la ansiedad.
Cuidarte en el trabajo es más que cumplir una rutina:
Haz pausas activas y mantén una buena postura.
Usa herramientas ergonómicas que reduzcan el esfuerzo.
Reconoce cuando el estrés te está afectando y busca apoyo.
Recuerda: prevenir es proteger tu bienestar. Un trabajador sano es un trabajador fuerte, productivo y feliz.
Escucha a tu cuerpo, respétalo y cuídalo… ¡porque sin salud no hay trabajo ni sueños que valgan!
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